Japón podría enfrentarse a su propio «efecto 2000» con el cambio de emperador. En diciembre del 2017 el emperador Akihito anunció su abdicación a favor de su hijo, Naruhito, que será efectiva el 30 de abril del 2019.
Este hecho podría tener efectos en el sector tecnológico, ya que el calendario japonés empieza a contar cada era tras la coronación del nuevo emperador. Dado que Akihito lleva siendo emperador desde enero de 1989, muchos sistemas no han tenido que lidiar con un cambio de era, por lo que podemos estar ante un nuevo efecto 2000. Por otro lado, al no anunciarse todavía cuál será el nombre de la nueva era del emperador Naruhito, tanto los periódicos, las empresas de calendarios o, incluso, los organismos internacionales de estandarización no pueden realizar la adaptación.